HEMEROTECA:
Porque nunca viene mal recordar el pasado para comprender el presente...
El debate del estado de la Nación
DATOS DE INTERÉS:
- Artículo realizado el 27 de febrero de 2015.
- El debate del estado de la Nación tuvo lugar el 24 de febrero de 2015, martes.
Sánchez
descoloca a Rajoy en un duro cuerpo a cuerpo electoral (El
País), Rajoy
promete 3 millones de empleos y Sánchez le echa en cara a
Bárcenas (El
Mundo), Rajoy
entra en campaña y ofrece tres millones de empleos (ABC), Rajoy
dice que ha salvado a España y Sánchez solo ve un destrozo
descomunal (La
Voz de Galicia), Rajoy
va de triunfalista y la oposición le baja los humos (20
minutos). Los titulares de los principales periódicos españoles
fueron claros el pasado miércoles. Eligieron, como tema principal de
sus portadas, el debate sobre el estado de la Nación que tuvo lugar
el martes en el Congreso de los Diputados. El público pudo ver
titulares de todo tipo sobre un mismo tema; titulares similares, pero
con diferentes registros en cuanto a vocabulario y verbos
utilizados: Sánchez
descoloca a Rajoy, Rajoy
va de triunfalista y anuncia tres millones de empleos,
Sánchez pasa
el test interno, el
debate del estado de
la Nación lanza
la campañaelectoral...
Muchos periódicos, muchos titulares, pero con un mismo fin: contar
lo ocurrido en el debate por la Nación en el que participó, por
primera vez, el secretario general del PSOE.
El
presidente del Gobierno y el líder de la oposición se mostraron
ante los demás diputados como jamás se los había visto antes.
Durante lo que duró el debate, Rajoy se dedicó a hablar sobre la
economía del país y a exhibir los logros conseguidos por el PP
durante estos años de gobierno. ''España es hoy una nación que ha
salido de la pesadilla, que se ha rescatado a sí misma'', dijo sobre
la ya pasada crisis.
Por el contrario, Pedro Sánchez matizó que el presidente ''no ve la
verdadera realidad'' en la que se encuentra sumergida España y que
debe ''pisar la calle''. Rajoy, defendiendo sus medidas, aseguró que
el rescate económico no fue necesario y que la mejoría del país se
debe al ''sacrificio'' de los españoles. El presidente del Gobierno
estaba empeñado en ser positivo, pero el líder socialista quería
quedar las cosas claras, quería combatir, y supo atacar donde más
le dolió a Rajoy: la corrupción y Bárcenas. Sánchez aseguró que
''España sí fue rescatada, como consecuencia de la pésima gestión
del asunto de Bankia''. El extesorero del PP entró en escena, no
podía faltar. El líder socialista habló sobre el caso
Bárcenas,
la corrupción en el corazón del PP y la incapacidad del Rajoy para
comunicarse con los españoles cara a cara. La herida ya estaba
abierta.
El
presidente, al respecto, se centró en la corrupción durante solo
dos minutos y dejó caer que ''al final de esta legislatura España
contará con una de las legislaciones más exigentes para prevenir y
castigar la corrupción''. Pero la cosa no quedó ahí. Rajoy quiso
ir más allá. Si a él le habían herido, él también quería hacer
daño. Mariano Rajoy culpó al PSOE de estar, al igual que el PP,
metido en temas de corrupción (los casos
Chaves y Griñán),
a lo que Sánchez se defendió alegando que a él no se le daba
ninguna lección sobre corrupción. ''¡Yo soy un político limpio,
señor Rajoy!'', exclamó el líder de la oposición.
Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados. |
En
cuanto al futuro político del país, Rajoy apostó por su partido
-por otra legislatura más-, tachó a Sánchez y al PSOE de demagogos
y aseguró no creer en los ''remedios mágicos'' de Podemos. Sánchez,
por su parte, defendió su idea de una izquierda política que busca
la unidad del país.
En
lo que no se centraron tanto ambos políticos fue en el problema de
Cataluña, que fue reivindicado por Duran i Lleida (CIU) tras
finalizar el debate. Ante este tema, Rajoy se mantuvo en lo de
siempre: aceptar el diálogo con Cataluña siempre que se respete la
ley. Pedro Sánchez tampoco cambió su idea sobre el problema
catalán, pues pidió una reforma constitucional y la ''unidad de
España''.
Entre tanto debate se comenzó a ver la agresividad de los discursos, se comenzó a observar los golpes de boxeo que se daban el uno al otro: Rajoy a Sánchez y Sánchez a Rajoy. Mientras hablaban de la economía del país, la corrupción o la política, el tono triunfalista, el menosprecio al rival y la propaganda política se tornaron como vía de escape para un Rajoy envalentonado en todos los aspectos. El presidente del Gobierno se enrabietó, como si de un niño pequeño se tratara, con el líder del PSOE, a quien aconsejó que no se trajera la ''réplica escrita''. Pablo Iglesias también se coló en el ring cuando Rajoy echó en cara a Sánchez que pensaba más en ''el señor Iglesias que en los problemas de España''. Además, al presidente le dio tiempo a hacer campaña política, y anunció la futura creación de 3 millones de empleos y la subida del PIB al 2'4%. Pero, a pesar de todo esto, Rajoy no se quiso quedar corto y terminó su brillante discurso mostrando su menosprecio por el líder socialista al decir: ''No vuelva usted por aquí, ha sido usted patético''.
Pedro
Sánchez se enfrentó con coraje al postureo
político de
Rajoy. Quiso dar un golpe encima de la mesa, mostrar su preocupación
por el país y plantar cara a las reformas llevadas a cabo por el
Gobierno. Para ello, se dirigió a Rajoy con valor, con potencia,
mostrando su lado más combativo y aportando datos sobre la política
destructiva llevada a cabo por el PP. El líder socialista quiso
decir a Rajoy aquí
estoy yo,
y para ello sacó a luz la corrupción en España y en el PP. Sin
embargo, y a pesar de sus intenciones positivas,
Sánchez se olvidó de la propia corrupción de su partido y de la
caída del PSOE como consecuencia del nefasto mandato político
durante la era Zapatero. Lo cierto es que, ante una ciudadanía que
ya conoce -y muy bien- a los socialistas españoles, Sánchez no pudo
mover ficha en el tablero,
a pesar de su firme posicionamiento frente a Rajoy. Sin embargo, que
Sánchez mostrara este perfil a lo Rocky
Balboa en
su primer debate le ha ayudado a reforzar su imagen dentro del PSOE y
de cara al pueblo español.
Tras
el fin de tanto alboroto parlamentario, los principales líderes del
resto de partidos políticos dieron su opinión. Alberto Garzón,
candidato a la secretaría de IU, reivindicó los derechos sociales y
enfatizó la falta de ''vergüenza'' de Mariano Rajoy. Desde UPYD,
Rosa Díez acusó a Rajoy de ''mentiroso'' y de ser cómplice de la
''trama corrupta''. Fuera
del Parlamento, Pablo Iglesias (Podemos) dijo que en el debate se
planteó ''un país que solo funciona en la cabeza de Rajoy''. Volvió
a hablar de casta,
alegando que ''solo se benefician los de arriba'', y aseguró que le
parecía bien que la oposición replicara al Gobierno. Por otro lado,
Albert Rivera (Ciudadanos) calificó el debate como ''el último del
bipartidismo decadente'' y a Rajoy de ''poco humilde''.
Pablo Iglesias habla sobre debate del estado de la Nación. |
Con
toda esta información, podemos decir que el Congreso de los
Diputados se convirtió el pasado martes en un circo repleto
de payasos, leones agresivos
y -disculpen la calificación- políticos (si aún se
los puede considerar así) que ha demostrado su capacidad de hacer
el mono.
Un circo liderado
por el apunta
y dispara de
Rajoy a Sánchez y el saco
el látigo y te intento domar de
Sánchez a Rajoy. Un circo donde
la mayoría de ñiños -hablo
de políticos- que estaban allí disfrutaron dando palmadas al aire,
aplaudiendo y murmurando como los que más ante los ataques mutuos
propiciados por los líderes del PP y el PSOE. En resumen: un circo
de chistes agresivos
que ha demostrado, una vez más, la falta de sensibilidad social y el
egoísmo reiterado de los principales líderes políticos españoles.
Pero esto no es lo peor de todo. Lo peor son las diferentes
corrientes políticas e ideológicas que corrompen los medios de
comunicación españoles. Solo hace falta ver que el mayor interés
que tenía la prensa era saber, preguntado a los lectores, quién ganó el debate. ¿Quién ganó el debate? No importa quién ganó.
Lo verdaderamente importante tendría que ser que el ganador, en un
futuro no muy lejano, fuera el pueblo español.
Los
leones que guardan las puertas del Congreso de los Diputados pudieron
escuchar la agonía bipartidista que acabó en enfrentamiento personal entre Rajoy y Sánchez, y que dio como resultado un debate
parlamentario más del que avergonzarse; esta vez, por sus formas
bruscas y su poca medición de las palabras. Lo que se vio en el
debate fue algo vergonzoso. Algo que se convirtió en una pelea entre
dos políticos. Y algo que mermó la paciencia de la ciudadanía
española, una vez más. ¿Cuándo se darán cuenta los políticos de
que la gente está ya harta de sus espectáculos?
¿Cuándo? ¿Cuándo dejaran de atacarse los unos a los otros
creyendo que así consiguen algo? Yo siento ser tan duro, pero creo
que lo mejor que pueden hacer es que recojan el garito ya, se marchen
a sus casas y continúen allí con el show.
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