lunes, 23 de noviembre de 2015

Todo por el sistema

Albert Rivera y Pablo Iglesias se vieron, cara a cara, en Salvados. Empieza fuerte Évole, pienso. Quizá este ha sido el cara a cara más esperado del último año -¿he dicho quizá? Sí, lo ha sido-, aunque ver uno entre Rajoy e Iglesias sería también para chuparse los dedos. Me parece muy bien eso de los cara a cara, de las encuestas y de los mitines de partidos, pero un cosa que quede clara: durante el verano, todos ellos, los políticos, estaban callados, sin decir ni mu; y ahora que las elecciones están aquí, a la vuelta de la esquina, vuelven a pronunciarse, a ser mediáticos, una y otra vez, una y otra vez, como una matraca que no cesa. Estuvieron en silencio durante un tiempo y ya están aquí de nuevo, han vuelto. Es la lucha por la moqueta de despacho, por el machito, como diría José Luis Sampedro o algún otro sabio.

¿Y un debate a cuatro? Ya lo propuso Iglesias hace poco. Rivera aceptó, Sánchez también, pero el que no lo hizo -una vez más- fue el señor Rajoy. Parece que el presidente tiene miedo a las apariciones públicas, a debatir con otros compañeros de profesión. En fin, el PP se encierra en sí mismo. No sé cuál será su táctica para ganar las elecciones, la verdad. A lo mejor se creen que haciendo vídeos absurdos todo vale, que todo está a salvo, y que la gente les votará por el mero hecho de pintar la cara a una chica con la bandera de nuestro país. Pero nada, el PP se niega a ello. ''Ojalá cunda el ejemplo y no sea el único cara a cara'', dijo Jordi Évole tras la emisión de su programa. Lo que sí hemos conseguido ver es a Rajoy reuniéndose con los líderes de los otros partidos políticos a raíz de la iniciativa secesionista de Cataluña. Todo esto sucede con el sonido de fondo de las encuestas situando a PP, PSOE y Ciudadanos en la cúspide de la política española. Podemos, según Metroscopia, da un bajón, o, como diría Risto Mejide, se da una hostia, una buena hostia. Y oigan, hay que decirlo, qué entrevista más cómplice le hizo Risto a Iglesias en su rincón, comparándola con la que le hizo en el Chester, claro. Pero bueno, he de decir que me gustó bastante, la verdad.

Rajoy e Iglesias durante su reunión en Moncloa.


Volviendo al tema de las encuestas, por si no lo saben, Podemos también hizo una. Se ve que se sintieron ofendidos por la situación en la que les había puesto Metroscopia y decidieron hacer una ellos. El problema es que Pablo Iglesias ha calificado a Metroscopia de ''retuerce sondeos''. Sin embargo, cuando hace un año a Podemos se le ponía por las nubes, bien que Iglesias les tiraba besitos. Sí, como los de los emoticonos del WhatsApp. Y luego está la encuesta de El Español. O, para definirla bien, la recopilación de encuestas de El Español, que posiciona a PP (28%) y PSOE (24%) por delante de los dos nuevos partidos emergentes (ambos con un 15%). Yo también tiro más hacia esa opción. La veo más real. Pero, creyéndonos lo que dice Metroscopia, en ese caso, Ciudadanos tendría la llave para gobernar España. Me explico. Quizá el subidón del partido de Rivera se deba a las recientes elecciones catalanas, ya que Ciudadanos, dentro de los partidos no independentistas, se posiciona en Cataluña como el primero; por tanto, puede tener la tecla para rebajar los humos de la independencia catalana, y también los humos de muchos españoles que, en vez de colaborar moderadamente, solo saben echar bilis contra Cataluña.

Y es que somos un país de etiquetas, y de bandos. La dictadura de lo políticamente correcto y del A o B -algún día encontraré una palabra para definirla- marcan nuestra vida. Somos de derechas o de izquierdas, fachas o rojos, comunistas o capitalistas, del Madrid o del Barça, del PP o del PSOE, monárquicos o republicanos. No hay término medio. Aristóteles tiene que estar bastante enfadado con nosotros. Nos gusta el morbo, y también el mal rollo. Seamos sinceros. Pero hasta yo utilizo etiquetas. Somos un país, un pueblo, que se vilipendia a sí mismo. No somos tan mal país, ni tan mala gente. Muchas veces, por redes sociales, es donde más se insulta, se difama, a España y a los españoles -si alguien sigue considerándose así...-. Sentirse español no es decir aquello de viva España. Sentir algo por un país es saber apreciar su cultura, su gastronomía, su geografía. Con el tema del 12 de octubre volvimos a ver la bipolaridad que sufre nuestro país: dos sentimientos se encontraron, frente a frente, malmetiendo el uno contra el otro. Lo mismo de siempre. La misma rabia acumulada durante años. La Guerra Civil, los dos bandos, siguen presentes en este país. Es triste, y doloroso.

12 de octubre, celebrado en Barcelona.


El sistema. Todo está movido por un sistema que se está desmoronando poco a poco. Todo se mueve por el dinero. Un sistema donde Bruselas quería volver a apretarnos las tuercas. Pero no pasa nada, Rajoy sigue diciendo que todo está bien. Todo por el sistema. Un sistema donde el cerrojo más casposos de la Iglesia arremete contra la llegada de refugiados sirios. Pero tampoco pasa nada, porque luego reculan y cambian sus palabras, piden por ellos, por sus almas. No sé cómo el Papa Francismo sigue en su puesto. ¿Un Papa tan progresista en un nido de cuervos...? Ojalá limpie la institución. Pero eso, como el tan ansiado debate a cuatro, parece un sueño lejano.


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